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jueves, 24 de noviembre de 2011

"Los bonos educativos y la crisis de la universidad pública"

De acuerdo con los datos es falso que la política educativa del gobierno de Ernesto Zedillo se propusiera ofrecer educación a la niñez y a la juventud. En un balance en el último año de su gobierno, la asignación de recursos fue menor a la de 1994; el gobierno federal opera el sistema educativo financiándolo con bajísimos salarios para los profesores y con aportaciones prácticamente obligatorias de las familias con hijos en los diferentes niveles educativos; incumplió las metas previstas por la propia SEP; la descentralización no asigna recursos presupuestales a los estados y en la educación media superior y superior privatiza a esas instituciones de acuerdo con los lineamientos de los organismos financieros internacionales.
La política educativa del gobierno de Ernesto Zedillo contribuyó poderosamente a la crisis de la Universidad Nacional (UNAM) y con ello al conjunto del sistema de universidades financiadas por el Estado.
Al destinar recursos públicos al financiamiento de la educación, se supone que todas las profesiones tienen, en el margen, el mismo valor para la sociedad, lo cual no es cierto. Hay profesiones universitarias que pudiesen aportar más a la sociedad que otras.
La mayor competencia interna y externa que se está experimentando en la economía mexicana implica un gran reto educativo para las instituciones de educación superior, en donde es indispensable incrementar la calidad y dar un mayor impulso al estudio de las ciencias naturales, exactas e ingenierías, dado que su rendimiento es mayor que en las ciencias sociales, administrativas y humanidades.
La larga huelga estudiantil de la Universidad Nacional (marzo de 1999 - febrero del 2000), interrumpida por la intervención de la Policía Federal Preventiva en las instalaciones de los planteles universitarios, es resultado de la inconformidad de numerosos jóvenes que perciben que el nuevo proyecto educativo prevé reducir su nivel de formación para obligarlos a optar por formaciones técnicas que garantizan la producción de una abundante fuerza de trabajo con bajos salarios a la medida de las necesidades de algunas empresas trasnacionales.
Al gobierno no le conviene invertir en la educación de jóvenes que se preparen para enfrentar el sistema, que realmente está en contra del bienestar de la población, no le conviene invertir en alguien que estará en contra de su forma de manipular a la gente. Los estudiantes hacen lo que mejor les convenga y buscan las formas de llamar la atención para ser apoyados, ya que la demanda en nivel superior y licenciatura ha ido en aumento.

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